Zona arqueológica y las grutas
En un recorrido por la región de la Sierra Norte de Puebla, visitamos la zona arqueológica de Yohualichan en el municipio de Cuetzalan del Progreso. Es sorprendente el parecido arquitectónico con las estructuras de El Tajin ubicada más hacia la costa.
Construida dentro de la cuenca del rio Tecolutla, con materiales abundantes en la región como la cantera, Yohualinchan es previa a El Tajin y es el origen de los voladores de Papantla, conforme a lo indicado por el guía local.
Por su ubicación es probable que fuera un punto de paso en la relación comercial de la costa con el centro de México, principalmente con los asentamientos en Cholula, Puebla. Aún ahora hay una fuerte vinculación comercial entre el golfo y la altiplanicie de México.
Siguiendo el origen del rio Tecolutla, en confluencia con el rio Cempoala, visitamos el municipio de Zapotitlán de Mendez, en la parte alta de la sierra. La cueva conocida como las Grutas Karmidas en la que se aprecian las estalactitas y estalagmitas es sorprendente. Se requiere el apoyo de un guía que proporcionará lámparas e instrucciones para el acceso con seguridad y propiciará el uso de la imaginación para identificar figuras a las formas de carbonato de calcio y minerales. Conforme a su información, las estructuras tienen más de 60 millones de años. Su descubrimiento fue casual por la necesidad de utilizar el agua en los procesos de elaboración de aguardiente.
Efectos de las políticas públicas en las localidades
Zapotitlán está en plena sierra, el comercio hasta hace dos décadas se desarrolló en mula y comentan los pobladores que para el traslado rápido de personas se utilizaba el servicio de taxi en pequeñas avionetas. Sorprende que en el suelo irregular y pobre, se haya podido cultivar maíz de manera intensiva. En la actualidad en la región se cultiva principalmente el café y hasta hace algunos años en la región se producía aguardiente, utilizando panelas de piloncillo, para consumo en la zona de Poza Rica, curiosamente más cerca de El Tajin.
Sin embargo, comentan que la aplicación de una política pública de impuestos a la producción de aguardiente, prácticamente eliminó su elaboración, salvo alguna que subsiste de manera artesanal para consumo local, y también terminó con la producción de caña de azúcar. No considerar otras acciones complementarias como la sustitución de cultivos o el fomento a la producción de caña de azúcar para fabricar aguardiente de calidad o para el uso de bioenergéticos que contribuyeran a disminuir las importaciones de azúcar o de etanol que se usa para los combustibles, dejó a los productores locales con menos opciones para generar ingresos.
La escasez de opciones laborales ha propiciado que muchos poblados hayan sido tradicionalmente de trabajadores laborales migrantes temporales locales, pero también hacia las zonas cafetaleras de Veracruz o hacia Puebla y la Cd. de México, incluso a últimas fechas hacia Estados Unidos.
No obstante que en la actualidad se cuenta con infraestructura carretera que facilita el traslado de insumos y productos, resulta interesante que se valora localmente el consumo de alimentos generados en la región. Es el caso de la carne que procede principalmente de ganado de traspatio y que se dirige al mercado local. Uno de los carniceros de Zapotitlán comentó que aún pueden presumir de consumir carne de calidad procedente de reses alimentadas con maíz y forrajes locales, sin el uso de químicos.
Tampoco el factor precio ha generado la sustitución en el consumo de carne local, como ha ocurrido con otros productos como la elaboración de prendas de algodón, en razón de que aprovecha los insumos locales que son competitivos para el mercado local. Mientras en países europeos los alimentos ecológicos u orgánicos en los que no se utilizan sustancias químicas o sintéticas para su producción, han aumentado en su demanda y consumo pese a precios más altos. En nuestro país hace falta valorar ese tipo alimentos que podrían fomentar la producción local para el mercado urbano, generando ingresos adicionales y otras fuentes de empleo.
Sin embargo, también en este caso las políticas públicas pueden generar distorsiones en la producción. En el proceso de búsqueda de ganado en las localidades para el mercado local, el carnicero señaló que tiene que cuidar que el acuerdo de palabra no coincida con la fecha en que los pobladores beneficiarios de Prospera reciban el recurso, porque pueden desdecirse de lo ya apalabrado, dado que los recursos adicionales eliminan la necesidad de vender alguno de los animales y porque el uso del subsidio puede dedicarse al consumo distinto al de alimentos. Al respecto, sin duda el apoyo monetario constituye un elemento significativo para disminuir la pobreza, pero las evaluaciones del programa deben precisar que tanto han favorecido a la alimentación de los beneficiarios del subsidio y si sería mejor el apoyo para impulsar proyectos productivos que generan ingresos con merito al esfuerzo, por ejemplo el impulso a la producción de los alimentos orgánicos y los canales de comercialización que generen ingresos de manera permanente.
Los constructores de Yohualichan mediante el trabajo colectivo, generaron estructuras que fueron utilizadas para actividades religiosas acordes a su cosmovisión y heredaron los beneficios de su valor agregado en el turismo que ahora ocasionan. Impulsar políticas públicas que orienten y no obstaculicen la actividad económica, puede general valor agregado que supere el ámbito local y genere bienestar social.
20 de noviembre de 2016
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